Sinaloa es tierra de músicos, cantantes y
románticos. Una característica revelada en la personalidad de Pedro Infante (Mazatlán,
1917). Pedro Infante fue el tercero de catorce hermanos. A principios de 1924
se mudó con su familia a Guamúchil,
donde Pedro pasó su infancia y es por ello que se le conoce como el Ídolo de
Guamúchil. Desde temprana edad mostró talento y afición por la música,
aprendiendo diversos instrumentos. Años más tarde, en Culiacán fue
vocalista de varias orquestas y se presentó en la radiodifusora local XEBL.
Para 1938, ya en la Ciudad de México, cantaba en la XEB; también se presentó en
el teatro Colonial con Jesús Martínez Palillo y Las Kúkaras, así como en el
centro nocturno Waikikí. Su primera grabación musical, El Soldado Raso fue realizada
el 19 de noviembre de 1943, para el sello de Discos Peerless. Pedro Infante, protagonizó como
actor más de 60 películas entre 1939 y 1957, lo que lo
convirtió en uno de los más grandes ídolos de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano,
se tiene el registro de que grabó 344 canciones en estudio, por lo que fue
reconocido no sólo en México sino en otros países de Latinoamérica, España y el
resto del mundo.
Otra sinaloense distinguida es Lola Beltrán (Rosario, 1932). Lola, junto con su madre,
realizó un viaje a la Ciudad
de México para visitar la Básilica de Guadalupe.
Una vez en la ciudad, se hospedaron en un hotel cerca de la XEW. En esa
estación de radio, fue descubierta por la gran cantante Matilde Sánchez,
"La Torcacita" así comenzó la carrera artística de Lola Beltrán. Fue
la primera mujer designada como Mr.
Amigo por las autoridades de Reynosa, Tamaulipas y
Brownsville, Texas. En varias ocasiones comentó que el apelativo de “La Grande”
fue obra de su amiga la compositora y cantante peruana Chabuca Granda. Fue la
primera cantante ranchera que cantó en el Palacio de Bellas Artes. También
se presentó en la sala L'Olympia de París, en la sala Tchaikovsky de Moscú; el
Conservatorio de Leningrado; en el Carnegie Hall, Madison Square Garden y el
Metropolitan de Nueva York; y también actuó en la Casa Blanca.
Por último, don Cruz Lizárraga (El
Recodo, 1918) un hombre sencillo y carismático, que con empeño y esfuerzo puso
siempre gran cariño en su grupo, La
Banda El Recodo. Esto lo constata su trayectoria artística de
más de 70 años y sus presentaciones en los escenarios más importantes en cuatro
continentes. Cruz Lizárraga nace y crece oyendo música de banda, sonidos que
poblaron su corazón, vivía intensamente la música. Esta entrega natural y
espontánea por un estilo, fue la energía que lo llevaría a superar los
obstáculos propios de esta carrera. Don
Cruz es el primero que graba la música de banda y con ello
abrió las posibilidades de difusión y las oportunidades a otras agrupaciones
para que se dieran a conocer más allá de las fronteras mexicanas.
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